viernes, 8 de noviembre de 2013

Fases de la Planificación

PROCESO DE PLANIFICACIÓN: NIVELES DE CONCRECIÓN (PLAN, PROGRAMA Y PROYECTO) Y FASES.


1.- NIVELES DE CONCRECIÓN Y FASES (Plan, Programa y Proyecto).

Un proyecto se refiere a un conjunto de actividades que constituyen la unidad más pequeña y concreta que forma parte de un programa y que se puede realizar con independencia de otros proyectos. El proyecto fijará objetivos operativos y metas a corto plazo, detallándose las actividades para obtener esos objetivos o metas.
Tal como nos señala Ander-Egg, la elaboración de un proyecto consiste esencialmente en organizar un conjunto de actividades a realizar que implican el uso y aplicación de recursos humanos, financieros y técnicos, en una 
determinada área o sector, con el fin de lograr ciertas metas u objetivos.

Un programa hace referencia a un conjunto de proyectos relacionados o coordinados entre sí, generalmente su duración es a medio plazo, fijándose objetivos y metas específicas e identificando los proyectos que lo componen.

Un plan se refiere al aspecto global de todas las actividades del proceso de desarrollo dentro de un período determinado y pueden ser a corto, medio y largo plazo. Se trata de un conjunto organizado de fines, objetivos, metas, instrumentos, medios y recursos para lograr el desarrollo de un área determinada (comunidad, provincia, región, país) o de un sector (agrícola, industrial, sanitario,...). Comporta programas y proyectos .Un plan tiene un carácter general, fijando objetivos y metas generales, e identificando los medios que se emplearán para su obtención, áreas prioritarias, utilización de recursos, asignación de tareas, funciones y responsabilidades.

En realidad podríamos encuadrar esta diferenciación como tres niveles del proceso de planificación:
  • Planificación general: el nivel de concreción es bajo y, con respecto a la temporalización, con vistas a medio y largo plazo. En esta planificación se recogen todos los elementos: fines, objetivos, metas, medios, instrumentos, recursos, evaluación...y el conjunto de programas que deben llevarse a cabo para alcanzar los fines que se buscaban y cumplir los objetivos.
  • Planificación específica: hace referencia concreta al programa encaminado al logro de una parte específica de los objetivos que se hallan enumerados en el Plan. Aumenta el nivel de concreción con referencia a una planificación general.
  • Planificación concreta: Se refiere a las actividades concretas y específicas que son necesarias para llevara adelante un determinado proyecto. Esta planificación enumera el conjunto de actividades a realizar. Es el mayor nivel de concreción dentro de la planificación.
Como ejemplo clarificador de estos tres niveles de planificación, podemos mencionar, el Plan nacional sobre drogas, con un nivel de planificación general, el programa Ítaca de acciones de prevención de la drogodependencia en el ámbito escolar con un nivel de planificación específica y finalmente el proyecto Odisea, de prevención de drogodependencia en adolescentes de 16 a 18 años, que cursan programas de garantía social.


2.- ELABORACIÓN DE PROGRAMAS. MODELOS TIPOS Y ELEMENTOS.

2.1. Elaboración de programas.

Según Ezequiel Ander-Egg, programar es la acción de prever el futuro deseable y señalar los medios para alcanzarlos. Programar presupone dar respuesta a diez preguntas básicas:

1.- QUE se quiere hacer, naturaleza del programa, tipo de actividades a realizar.
2.- POR QUÉ se va a hacer; naturaleza del programa, problemas que suscita.
3.- PARA QUE se va a hacer, objetivos del programa.
4.- CUANTO se va a hacer, expresando los objetivos de manera cuantitativa, en metas.
5.- COMO se va a hacer, actividades y tareas, medidas que se han de tomar para llevar a cabo el programa.
6.- DONDE se va a hacer; localización física y ubicación en el espacio.
7.- CUANDO se va a hacer, ubicación en el tiempo de las tareas, calendarización.
8.- A QUIENES va dirigido; destinatarios o beneficiarios.
9.-  CON QUE se va a hacer, recursos materiales o financieros.
10.- QUIENES lo van a hacer, recursos humanos.

2.2. Modelos y tipos.

Según la dimensión temporal encontramos:
  • Programas a corto plazo: son los que comprenden de seis meses a tres años.
  • Programas a medio plazo: comprenden un período de tres a ocho años.
  • Programas a largo plazo: abarca períodos de tiempo de diez, quince y hasta veinte años. Las planificaciones a largo plazo se utilizan para definir líneas de política social o bien de política educativa.
Si atendemos a una dimensión espacial de la planificación, podemos hacer alusión a la:
  • Planificación nacional: que es la que se encarga de elaborar un programa que abarque a toda la nación o Estado. Esta misión la suelen ocupar los Planes.
  • Planificación regional: es la que atiende a regiones que presentan características y necesidades comunes.
  • Planificación local: es una planificación a nivel de ayuntamiento o de organización de base.
      Según el carácter de la Intervención, ésta puede ser:
  • Socioeducativo: intervención para el desarrollo de procesos de aprendizaje (educación permanente, educación popular, para el ocio y el tiempo libre…)
  • Sociocultural: para la promoción de la creación y difusión cultural de base, de la participación en procesos culturales, “consumo de cultura”...
  • Socioasistencial: promoción de la participación en sectores sociales desfavorecidos, para la superación de las desigualdades y de las situaciones de marginación, prevención de las desviaciones sociales, integración social, etc.
  • Socioeconómica: promoción de la participación grupal o comunitaria en procesos de desarrollo socioeconómico, economía social, autoempleo…
Programas en función de los sectores de población a los que se dirigen: pueden agruparse según criterios evolutivos (infancia, juventud, adultez…) según discriminación (mujeres) según limitaciones (discapacitados), lugar de origen (inmigrantes)…
Programas en función del territorio o la institución concreta en la que se ubican (comunidad autónoma, centros de día, asociaciones…).


2.3. Elementos

Los elementos,
Según López – Cabanas y Chacón de un programa, son:
  • Título: suficientemente claro como para dar a conocer el motivo principal del programa.
  • Dependencia institucional: aquí se señala la organización o institución responsable del programa.
  • Fundamentación: justifica la necesidad que lo origina. Aquí cabe hace mención a:
    • Realidad a la que va dirigido.
    • Hipótesis de trabajo.
    • Previsiones de la evolución de la futura intervención.
    • Elección del camino preferente.
  • Objetivos: la definición de objetivos es elemento fundamental del diseño de un Programa, se refiere a los resultados que se pretenden alcanzar, no se refiere a las acciones concretas, como ocurre en el proyecto, sino a estados y comportamientos esperados en términos más globales, referidos al bienestar social, de los que saldrán los intermedios y específicos.
  • Alcance temporal: los programas tienen una temporalidad más corta que los planes, por lo que sus objetivos están referidos a periodos de entre 6 meses y 3 años.
  • Descripción de las grandes fases: se refiere a las grandes categorías de actividades que el programa tendrá que desarrollar a través de sus diferentes Proyectos.
  • Descripción de las características de los recursos organizativos, humanos y materiales necesarios: se incluye el personal que se va a necesitar, su perfil profesional, equipamientos,...
  • Presupuesto general estimado: en el presupuesto se distinguen los capítulos de: equipamiento, material fungible y gastos generales y de mantenimiento.
Evaluación: De estrategias, técnicas, métodos, adecuación de objetivos,  así como de instrumentos de recogida de información…


3.- EL PROYECTO COMO EJE DE LA INTERVENCIÓN: FASES Y CARACTERÍSTICAS.

3.1.- Fase de diagnóstico.

Supone un primer estudio o análisis para situar los problemas o necesidades. También incluye la determinación de los recursos disponibles. El diagnóstico sirve de base para la realización de un proyecto o programa.
El diagnóstico aborda varios aspectos:
  • formulación de los problemas y ubicación en un contexto global
  • análisis de las variables que intervienen en el problema y las relaciones entre ellas
  • Un pronóstico del desarrollo futuro del o de los problemas.
Todo diagnóstico debe comenzar con una investigación preliminar con objeto de acercarse a la problemática de la comunidad, captando sus necesidades o problemas más significativos y urgentes.


3.2.- Fase de Planificación Social

Supone especificar qué se quiere hacer, cómo, dónde, cuándo y con qué medios, qué personas, grupos o instituciones lo van a hacer, dirigir, coordinar y supervisar.

La planificación significa tomar una serie de decisiones sistemáticas para alcanzar de la forma más eficaz posible un conjunto de objetivos durante un período de tiempo determinado.

E. Ander-Egg establece una serie de pautas o criterios para la planificación:

a) Definir y enunciar claramente los objetivos y las metas
Consiste en determinar qué se quiere hacer. Es importante que los objetivos estén definidos operacionalmente en términos de comportamientos observables.

b) Proponer objetivos y metas realistas
Cualquier proyecto que no tenga un conocimiento adecuado de las metas, que no se adapte a la realidad social y cultural de la comunidad, en modo alguno resultará significativo y, por consiguiente, no obtendrá el éxito deseado.

c) Establecer una jerarquización de los objetivos
La jerarquía de las necesidades. Cuanto más responda una actividad a una necesidad sentida por la comunidad, más merece figurar en el plan.

d) Determinar los recursos disponibles
Implica conocer de antemano los recursos con los que se cuentas; ya sean de tipo humano, financiero, material o técnico.

e) Prever los instrumentos y los medios adecuados a los fines
Se consideran como prioritarios aquellos instrumentos y medios que promuevan o faciliten la participación de los individuos o de los grupos.

f) Establecer el tiempo y ritmo del programa
Es importante precisar el tiempo necesario para realizar cada actividad, así como el tiempo total de ejecución de cada proyecto contenido en el programa.

g) Elaboración
Se deben incluir los siguientes aspectos:
  • La denominación del proyecto: título del proyecto, organismo o institución patrocinadora, ubicación y radio de influencia.
  • La naturaleza del proyecto: incluye la fundamentación del mismo y su localización física.
  • Determinar las actividades y tareas a realizar para alcanzar los objetivos propuestos
  • Especificar las técnicas a utilizar, considerando prioritarias aquellas que estimulen la participación de la comunidad.
  • El cálculo de costos de ejecución.
  • Determinar los recursos necesarios: humanos, técnicos, materiales y financieros.
  • La asignación de recursos por actividad: consiste en especificar las disponibilidades financieras necesarias para cada una de las actividades.
  • Establecer un calendario de actividades (incluye la temporalización del proyecto).

3.3.- Fase de ejecución e intervención

Consiste en realizar, o ejecutar lo que anteriormente se había planificado de acuerdo con los resultados obtenidos en la investigación.
Al poner en marcha un proyecto es importante conseguir una buena coordinación entre todos los organismos que van a incidir en el mismo. Es necesario coordinar actividades, servicios e individuos con el fin de alcanzar los objetivos propuestos.
La mejor manera de coordinar es a través de reuniones con los interesados a través del trabajo en equipo, donde se intercambia información y se proponen soluciones a problemas concretos.
Por otro lado, consideramos importante la preparación de la comunidad para que participe en el programa. Ello supone tener en cuenta una serie de variables: las aspiraciones y necesidades comunitarias, el grado de actividad o pasividad de los individuos, la existencia de organizaciones de base, etc.


4.4.- Fase de evaluación y control

Se trata de una comparación entre lo realizado y los objetivos que se pretendían conseguir en un principio.
Por otro lado, la evaluación debe ser una acción valorativa procesual (proceso permanente de control operacional) y comprehensiva (abarca todo el proceso desarrollado).
Toda intervención social debe ser evaluada antes, durante y después de la actuación, no sólo por los trabajadores que la han llevado a cabo sino también por la comunidad y por los responsables últimos de la intervención.
En lo que a la elaboración de proyectos de ocio y tiempo libre respecta, decir que guardan la misma estructura y respetan las mismas fases que cualquier otro pero entramos a referirnos a las características distintas que puedan tener.


La Planificación





Los que trabajamos en el campo de las políticas sociales solemos hablar indistintamente de planes, programas y proyectos, aunque, por un lado, no siempre queremos designar las mismas cosas y, por otro, esos conceptos han ido adoptando diversas significaciones a lo largo del tiempo, bajo diferentes paradigmas o modelos de política social y distintas concepciones de los estilos de planificación en general.

Si las políticas se refieren a los lineamientos generales que orientan las acciones marcando la direccionalidad deseada e indicando los cursos de acción elegidos y a ser ejecutados por un gobierno, la planificación puede ser concebida como una de las principales herramientas para introducir racionalidad y previsión en la formulación y gestión de las políticas.-

Historia

La idea de Planificar desde el Estado reconoce antecedentes aún en el Siglo XIX. Sin embargo, a los efectos que nos interesan aquí, es a partir de la crisis del ’30 y por la influencia que entonces tuvo la teoría Keynesiana que se consideró importante la intervención activa del  como protagonista ineludible para corregir desvíos en el funcionamiento del mercado y para reasignar recursos.

La Planificación se desarrolla luego de la Segunda Guerra Mundial, y  predomina desde mediados de los sesenta hasta comienzos de los ochenta. Era realizada casi exclusivamente desde áreas del Estado – en sus distintos niveles -, con sus propios recursos – humanos, materiales y financieros -. Esa forma de planificación estaba enmarcada en el paradigma del Estado de Bienestar. Se trataba de una concepción tecnocrática, autoritaria, centralista, estática y normativa.

En la década de 1970 ya habían surgido críticas a esa concepción o modelo. Carlos Matus (1972) desarrolla los fundamentos de estas críticas refiriéndose a los condicionamientos, esencialmente fluctuantes o coyunturales, que el contexto impone a la práctica de la planificación, y a la necesidad de combinar la lógica técnica con la lógica política. Matus incorpora la noción de “estrategia” para identificar posibles escenarios alternativos que aseguren la viabilidad política de propuestas técnicas basadas en supuestos estáticos, dando lugar a los primeros desarrollos conceptuales relativos a la Planificación Estratégica en el ámbito gubernamental. Ésta reconoce la complejidad de los sistemas sociales –cambiantes, dinámicos –, incorpora el análisis del contexto y valoriza el análisis situacional en función de las diversas racionalidades e intereses de los actores en juego. Propone el desarrollo de una visión compartida entre los sujetos que participan en la formulación y ejecución de planes, programas y proyectos, que permita fundamentar las acciones previendo oposiciones e incertidumbres que seguramente surgirán.

A la luz de las consideraciones anteriores, debemos considerar algunas connotaciones de los términos señalados al inicio de la fundamentación. 

Por Plan se entiende un documento, generalmente producido por los niveles centrales (por ejemplo, gobiernos nacionales o provinciales), que plantea objetivos prioritarios y explicita un conjunto de directivas generales (políticas) en torno a los mismos, las alternativas para alcanzarlos (estrategias) y los medios para obtenerlos (esquema general de asignación de recursos).-

El programa hace referencia a un conjunto coordinado y ordenado de propuestas que persiguen los mismos objetivos y tienden a la atención de problemas específicos relacionados con algunos de los aspectos señalados en el plan. Los programas no necesariamente tendrán temporalidad acotada, y aunque se los implemente para períodos determinados se les suele adjudicar continuidad a lo largo del tiempo (por ejemplo: programa materno infantil, programa de comedores escolares, etc.).-

En la práctica de la planificación tradicional normativa, la administración nacional formulaba planes de desarrollo económico y social con distintas aperturas, generalmente denominadas “programas” y “proyectos”. Esa planificación central “bajaba” verticalmente a los otros niveles (provincias, municipios, establecimientos) donde se llevaban a cabo las acciones. Respecto a los “proyectos”, se referían a niveles de intervención más acotados – temporal o geográficamente-, vinculados a los objetivos más específicos de los programas.-

Con los cambios en los paradigmas de las políticas sociales y del rol del Estado, fue desapareciendo paulatinamente la planificación como proceso destinado a orientar los recursos globales de una sociedad en función de prioridades políticas, pues éstas ya no son definidas por el Estado como principal o único actor. Por otra parte, con el auge producido en la década de 1990 de proyectos a cargo de OSC (agencias nacionales o internacionales de cooperación para el desarrollo,  Banco Mundial, FMI; BID, etc), los términos “proyecto” y “programa” también comenzaron a usarse indistintamente. Cuando se lo distingue, las diferencias aluden a niveles de complejidad y de gestión, donde la palabra “programa” se utiliza para los niveles centrales (nacional o provincial), y el término “proyecto” para las aperturas del programa en los territorios de aplicación.-

De acuerdo con lo anteriormente expuesto, podemos considerar que un “proyecto” es: “…Un conjunto interrelacionado de actividades para resolver un problema determinado en un espacio territorial y/o poblacional definido o, en otros términos, una intervención planificada con tiempo y recursos acotados. Desde una perspectiva amplia, un proyecto puede entenderse, además, como un instrumento de cambio que se inserta en procesos preexistentes y en contextos más amplios; que constituye un escenario de interacción de diferentes actores sociales con intereses y perspectivas también distintas; que en un espacio de intercambio de información y articulación entre grupos e instituciones donde tienen lugar alianzas y negociaciones así como resistencias y conflictos frente a los cambios que promueve el entorno…” (Robirosa; 1990).-

Teniendo en cuenta esas connotaciones, estaríamos en condiciones de afirmar que, los proyectos no deberían concebirse como intervenciones aisladas, aún cuando en muchas oportunidades sean utilizados como estrategia para “solucionar” o enfrentar problemas puntuales que afectan a un tipo de población o grupos específicos.

Sea como componentes de un programa más complejo, como expresión de una política institucional o pública o como iniciativas de organizaciones no gubernamentales de la sociedad civil o por los propios afectados, los proyectos sociales y la planificación social son herramientas fundamentales que se insertan en realidades complejas, dinámicas y multidimensionales que, si bien han de contribuir a la obtención de cambios en la situación-problema de sus destinatarios, deben además, constituir a su vez un medio para el logro de objetivos de alcance más general.-


Planificación y Organización